EL MENSAJE DE LA REINA MELIPONA

 

Las abejas meliponas son polinizadores cruciales en los ecosistemas mayas, contribuyendo a la reproducción de numerosas especies de plantas nativas, incluyendo árboles frutales y cultivos agrícolas. Su papel como polinizadores es fundamental para la conservación de la biodiversidad y la preservación de la riqueza natural de la región

 

Hace varias vueltas al sol, en las profundidades de la exuberante selva maya, habitaba un hombre llamado Kuxtal. Poseedor de una sabiduría ancestral y un profundo amor por la naturaleza, Kuxtal dedicaba su vida a cultivar los frutos de la tierra con un corazón lleno de gratitud hacia los dioses. Un día, mientras se encontraba entre las plantas de maíz y calabazas, una misteriosa luz dorada iluminó su camino, y de ella emergió una figura etérea que pronto reveló su esencia majestuosa: la Reina Melipona, con sus alas resplandecientes y su mirada llena de sabiduría y tristeza.

 

Kuxtal, asombrado y humilde ante esta presencia sagrada, se postró con reverencia. La Reina Melipona, con una voz suave y melodiosa, comenzó a hablarle:

 

"Soy la Reina de las abejas meliponas, guardianas de los misterios de la naturaleza y portadoras de mensajes divinos. Nuestro vínculo ancestral con esta tierra data de tiempos inmemoriales, pero nuestros hogares y nuestra existencia se encuentran amenazados. La selva se desvanece, los bosques son profanados, y la mano del hombre siembra daño en nuestro reino."

 

Kuxtal, con el corazón conmovido, preguntó con voz serena: "¿Qué aflige a vuestra especie y cómo puedo coadyuvar a su bienestar?"

 

Con tristeza en sus ojos, la Reina Melipona respondió: "El fuego avivado por manos irresponsables, la tala desmedida que marchita nuestro hábitat, y la invasión de productos químicos que envenenan nuestras colmenas son algunas de las amenazas que enfrentamos. Nuestro frágil equilibrio con la naturaleza está siendo trastocado, y muchas de nuestras hermanas perecen sin cumplir su sagrado cometido de polinizar y proteger la flora de esta tierra."

 

"La conservación de nuestro hábitat reverbera en la conservación de todas las especies", continuó la Reina con dulzura. "Somos custodias de la biodiversidad. Cuando con esmero polinizamos las flores, permitimos que los árboles frutales y los cultivos prosperen, brindando sustento y refugio a incontables criaturas, incluido el hombre. Nuestra existencia está entrelazada con la vuestra, somos hilos en el tapiz divino de la naturaleza."

 

Conmovido y con la determinación de un guerrero maya, Kuxtal prometió a la Reina Melipona que protegería la selva y los hábitats naturales. Apreciaría la importancia vital de las abejas meliponas y se esforzaría por vivir en armonía con el entorno. Como muestra de su compromiso, la Reina le otorgó una pequeña colmena, símbolo del valioso lazo que unía a ambos en la salvaguarda del ecosistema.

 

Desde aquel instante, Kuxtal se erigió como un apasionado defensor de la naturaleza y de las abejas meliponas. Compartió su conocimiento con sus semejantes y creó un santuario para las abejas, donde florecían y cumplían su esencial deber como polinizadoras. La región se abrazó en un resplandor de vida y abundancia y las abejas meliponas, guiadas por su sabia Reina, continuaron tejiendo los secretos del universo, protegiendo el equilibrio de la vida en cada rincón de la tierra maya.

 

 

Guillermo Rizo

Editor de Mitósfera de México