EL HANAMI DE TAKESHI: UN VIAJE DE DESCUBRIMIENTO Y APRENDIZAJE
En japón
se celebra una hermosa tradición conocida como "hanami" que significa
"contemplar las flores" o "ver las flores". Esta tradición
se centra principalmente en la observación y apreciación de la floración de los
cerezos, conocidos como "sakura", pero también puede extenderse a
otras flores como los ciruelos.
Hace algunos años cuando aun no existían los videojuegos, en un pequeño pueblo de Japón, un joven llamado Takeshi y su querido
abuelo Dai. Takeshi era un niño apasionado por la naturaleza, siempre buscaba
cualquier oportunidad para explorar los bosques y las montañas que rodeaban su
hogar. Sin embargo, tenía una opinión peculiar sobre el hanami, la tradición de
celebrar la floración de los cerezos.
Un hermoso
día de primavera, mientras Takeshi y su abuelo paseaban por el parque, Takeshi
expresó su opinión sobre el hanami.
- Tengo
que admitirlo, abuelo Dai, no entiendo por qué la gente se emociona tanto por
el hanami. Sí, los cerezos son bonitos, pero no entiendo por qué hay que
festejar solo porque las flores caen. Es aburrido sentarse debajo de los
árboles y contemplar las flores caer, dijo Takeshi con un poco de desdén.
El Abuelo Dai
sonrió con dulzura y acarició la cabeza de su nieto y le dijo:
-
Takeshi,
entiendo que para ti la conexión con la naturaleza va más allá de la
observación de las flores, pero el hanami es una oportunidad especial para
apreciar la belleza efímera de la vida y conectarnos con lo que tanto amamos.
Takeshi
frunció el ceño, confundido y preguntó:
-
¿Qué
quieres decir, abuelo? ¿Cómo podemos conectarnos con la naturaleza si solo
estamos viendo flores caer?
El abuelo
Dai se agachó para estar a la altura de su nieto y le dijo con voz suave:
-
Imagina
que cada pétalo que cae es como un momento precioso de la vida, una experiencia
única que no durará para siempre. Al igual que las flores, nuestra vida también
es fugaz, y el hanami nos recuerda lo importante que es disfrutar cada momento
mientras lo tenemos.
Takeshi
reflexionó sobre las palabras de su abuelo y comenzó a ver el hanami desde una
nueva perspectiva. Juntos, se sentaron debajo de un majestuoso cerezo en flor y
observaron cómo los pétalos caían suavemente.
-
¡Es
como un mar de flores flotando en el aire! dijo Takeshi maravillado.
Al escuchar tal comentario, se paro inmediatamente el abuelo, empezó a reír con un verdadero gusto y con profundo amor le dijo:
-
Exactamente,
Takeshi. Cada pétalo es único, así como cada momento en la naturaleza. El
hanami es una forma de agradecer a la naturaleza por su belleza y enseñarnos a
valorar los momentos fugaces que nos ofrece, explicó abuelo Dai.
Takeshi
asintió, ahora comprendía que el hanami no era simplemente sentarse bajo los
árboles, sino una oportunidad para conectarse con la naturaleza de una manera
única y significativa.
Desde ese
día, Takeshi se unió con entusiasmo a la tradición del hanami junto a su abuelo
Dai. Ambos compartieron risas, historias y deliciosos manjares mientras
admiraban la caída de los pétalos. Takeshi aprendió que cada momento en la
naturaleza era valioso y que el hanami era una forma hermosa de celebrar la
vida y la conexión con lo que tanto amaba.
Y así, el
abuelo Dai y su nieto Takeshi disfrutaron de muchos hanamis juntos, creando
preciosos recuerdos que perdurarían en sus corazones. La conexión con la
naturaleza y la sabiduría del abuelo Dai guiaron a Takeshi hacia una
comprensión más profunda y significativa del hanami y de la vida misma.
Guillermo Rizo
Editor de Mitósfera de México
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